Desde los tiempos más antiguos, los juegos de azar han sido los favoritos de millones de seres humanos. Muchos juegos infantiles son de azar. Aquellos en que se apuesta dinero, son los más populares entre los adultos. Cuando la pasión por estos juegos es extrema, puede llegar a causar vicio, lo que provoca situaciones de delincuencia, y eventualmente una enfermedad grave: la ludopatía.
Entre los papeles y documentos que conservo de Chile, de recuerdos de mi vida, antes de mi exilio en Costa Rica, hay un sencillo y ajado carnet de identidad, de cartulina amarilla, en el que se certificaba mi calidad de Asociado y Presidente de la Asociación de Boxeo de Viña del Mar, en los años 60. Durante mi adolescencia y juventud, fui un deportista entusiasta, sobre todo practicando la gimnasia y el atletismo. Confieso eso sí, que nunca fui muy bueno, en parte, por mi tamaño inferior al promedio del de mis competidores. Sin embargo, con mucho tesón y entrenamiento, logré alcanzar buenos tiempos y posiciones en carreras de velocidad y salto largo. También, me gustaban los lanzamientos de Bala y Disco, donde la fuerza y tamaño de mis competidores era una desventaja insalvable. Asimismo, me gustaban las carreras de obstáculos, y logre una técnica muy depurada y exitosa en la categoría intermedia con vallas de 0.85 cm. No obstante, al pasar a la categoría superior con vallas de 105 cm, mi excelente técnica nada pudo hacer frente a las piernas más largas de mis contrincantes.