La invasión de artesanías falsificadas provenientes de algunos países asiáticos, fabricadas con procesos industriales, es la más grave amenaza que angustia a los artesanos de los países Latinoamericanos. En esta parte del continente se estima en 25 millones la cantidad de artesanos, de los cuales un porcentaje alto son indígenas y campesinos. El problema adquiere mayor dramatismo si se considera que estos creadores están ubicados en los segmentos de la población con más dificultades económicas.
Por ejemplo, un estudio efectuado en Colombia hace pocos años, reveló que en varios países de Sudamérica los artesanos habían perdido casi el 30% de sus ingresos como consecuencia de la invasión de artesanías falsificadas. En el país vecino, Panamá, el gobierno debió tomar fuertes medidas para detener la importación de falsificaciones de su artesanía más emblemática: Las “molas kunas” que es un producto de arte textil tradicional de la etnia Kuna de ese país. Este hecho amenazaba la supervivencia económica de sus autores legítimos, los habitantes de las Islas de San Blas.
Etiqueta: Costa Rica Página 3 de 4
Un gran costarricense ha fallecido, don José Miguel Castro Echeverría. Para todos los que tuvimos la dicha de conocerlo y acompañarlo en sus luchas por poner a Costa Rica en el mapa de los destinos turísticos internacionales, las palabras que mejor lo retratan son las de un patriota, luchador incansable por engrandecer a su país.
- Lo que el sector turismo espera para el próximo cuatrienio
Cada cuatro años, al elegir nuevo gobierno y diputados, se replantean las aspiraciones para el futuro cuatrienio por medio de un ejemplar ejercicio democrático. En el sector turismo, hemos tenido la dicha de haber logrado, en los últimos 30 años, un crecimiento y progreso notables, sobre bases muy sólidas, por parte de las diferentes administraciones y generaciones empresariales y profesionales, sin distingos políticos. Obviamente, ha habido errores, pero han sido muchos más los aciertos.
- Las iniciativas de las Policías Municipal y Turística merecen ser apoyadas
Costa Rica tiene la añeja fama de ser un país seguro para los visitantes. Se mantiene vigente, en parte, no tanto por méritos propios, sino porque el deterioro de la seguridad y el avance de la delincuencia en otros países ha sido mayor que en el nuestro. No obstante, sería un grave error no actuar enérgicamente frente a este problema aplicando resignadamente el viejo decir de que “mal de muchos… consuelo de tontos”. No podemos conformarnos frente a una realidad que amenaza tanto a nuestros visitantes como a nosotros mismos.
Hace algunas semanas, leí un artículo en el que una destacada personalidad se quejaba de la falta de premios que estimulen a las personas que crean empresas, generan empleos y riqueza, de modo similar a como anualmente se premia a los mejores deportistas, artistas e intelectuales del país.
Sarita Madrigal de Valverde tenía apenas 17 años cuando para ayudar a su madre y hermanos ingresó a trabajar como oficinista en el Ministerio de Hacienda. A los pocos meses, llamó la atención por su inteligencia y dedicación, al extremo de ser propuesta como secretaria del ministro; pero como no sabía taquigrafía, ni dactilografía, ni tenía experiencia, no pudo aplicar para el puesto. No obstante, esto provocó en ella alcanzar su primer gran desafío.
El 17 de diciembre del año 2008, ya tiene un lugar destacado en la historia de la industria turística costarricense: es el día en que se rompió la barrera de los dos millones de turistas llegados al país en un solo año. Pareciera fácil, pero para lograrlo se requirió un esfuerzo nacional muy importante en el que durante años el sector privado turístico y el gobierno, por medio del ICT, ahora ministerio de Turismo, han trabajado arduamente. Hace poco más de dos décadas, se requerían casi diez años acumulados para llegar a esa cifra que ahora hemos alcanzado en tan solo 11 meses y 17 días.
El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) inició un programa de creación de oficinas regionales en las zonas de mayor concentración de atractivos y oferta de servicios turísticos del país. Estos despachos funcionarán como unidades desconcentradas administrativamente, pero con facultades, funciones y responsabilidades delegadas por la administración central del ICT para actuar, tramitar, y en algunos casos, resolver, manteniéndose, jerárquicamente y presupuestalmente, como órganos subordinados a la alta dirección del Instituto.