La visitación a Costa Rica de turistas de los Países Bajos es importante, llegando al año 2008 a un total de 30.615, cifra relevante considerando que se trata de uno de los países más pequeños de Europa. Es también una de las naciones más desarrolladas del mundo, con un PIB de US$40 mil per cápita y a la vez de los más cultos: la cantidad de museos y piezas de arte que atesora, lo convierten en el Estado con mayor cantidad de obras de arte en relación con su superficie territorial. Estas son razones suficientes para sentirnos honrados por la demostrada preferencia que tiene los turistas holandeses por nuestros destinos.
Los atractivos de Costa Rica han llamado la atención de holandeses desde hace muchos años y una buena prueba de ello son las empresas turísticas, sobre todo hoteleras, que han sido impulsadas por ellos. La historia empezó por la década de 1940 del siglo pasado, cuando Jerry Stekeburgh abrió el Hotel Metropol en la Avenida Central de San José. Pocos años después, Cornelius Jaspers lo siguió con el famoso y recordado Holland House, en Barrio Dent y los hermanos Cornelius y Teo Kop, con los Hoteles Holanda en Cartago y Panamericano, en lo que hoy es la Plaza de la Cultura.
Ya para 1950, llegaron a Costa Rica dos ex funcionarios de la compañía aérea KLM: Teo Morsink y Bernardus Demmer, quienes fundaron el Hotel Royal Dutch, en el centro de San José, el cual se convirtió en un semillero de profesionales costarricenses en hotelería y gastronomía, gracias a la vocación de sus dueños y a que aplicaron la política de motivar a jóvenes holandeses profesionales en estas áreas a venir a Costa Rica para enseñar a nuestros muchachos.
Estos profesionales holandeses empezaron en el Royal Dutch, pero a los pocos años, se independizaron y crearon sus propias empresas; entre ellos: Hans Van der Wielen, quien llegó en el año 1962 y fundó los hoteles Amstel de San José y Jacó -este último junto a su compatriota Jan Dankers- y posteriormente construyó el Bougainvillea Tournón y más recientemente, el Bougainvillea de Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia.
Jan Dankers en Jacó se convirtió en un gran promotor del desarrollo turístico de ese municipio, del cual llego a ser uno de sus primeros alcaldes. Otro hotelero holandés de gran impacto en el cantón de Garabito fue Peter Van Husen.
Gracias también al Royal Dutch, llegaron Joop Van Gelder, en 1962, quien dejó una valiosa huella manejando por muchos años el Country Club y Jan Knobbe fundador del Hotel Pays-Bas y el Restaurante Van Gogh, ambos en la década de 1960.
Todos estos pioneros de la hotelería moderna y profesional en Costa Rica aportaron mucho, transmitiendo sus conocimientos a costarricenses a quienes formaron como buenos profesionales trabajando junto a ellos.
De todos los mencionados, es extraordinariamente ejemplar, la labor de Hans Van der Wielen, quien además de sus exitosos emprendimientos, junto a su esposa Judy Paskel, han dedicado una parte muy importante de su capacidad a apoyar causas no lucrativas de interés público o social. Recuerdo que a fines de 1970 y durante 1980, fue asesor de los institutos Nacional de Aprendizaje (INA) y Costarricense de Turismo (ICT) -en forma completamente ad honorem-, en la creación y desarrollo del Centro de Capacitación en Hotelería y Turismo del INA, para el cual, como no contaba con instalaciones de cocina didáctica, puso a la orden de instructores y alumnos las cocinas de su hotel; este labor desinteresada y el compromiso con la industria y sus profesionales, le valió en el año 2004, el Premio Nacional al Mérito Turístico.
En la actualidad, según datos de la Cámara de Comercio Holanda-Costa Rica, son más de 30 las empresas hoteleras y turísticas creadas por empresarios y profesionales holandeses en nuestro país, quienes han seguido el ejemplo de los pioneros a los que en estas líneas rendimos un sincero homenaje.
Publicado en CANARA como reportaje radial en el año 2010.
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