- Lo que el sector turismo espera para el próximo cuatrienio
Cada cuatro años, al elegir nuevo gobierno y diputados, se replantean las aspiraciones para el futuro cuatrienio por medio de un ejemplar ejercicio democrático. En el sector turismo, hemos tenido la dicha de haber logrado, en los últimos 30 años, un crecimiento y progreso notables, sobre bases muy sólidas, por parte de las diferentes administraciones y generaciones empresariales y profesionales, sin distingos políticos. Obviamente, ha habido errores, pero han sido muchos más los aciertos.
Sector creativo. El sector turístico es muy creativo en desarrollo de nuevas iniciativas y propuestas, muchas de las cuales no requieren un apoyo determinante del Gobierno.
Sin embargo, es claro que un marco jurídico moderno ayudaría mucho a que esta creatividad se exprese y lleve adelante con mayor rapidez y competitividad.
En ese sentido, esperamos que la próxima administración y la Asamblea Legislativa le den luz verde al proyecto de Ley General de Turismo, promovido por la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR), al que los demás gremios empresariales y profesionales le estamos agregando aportes muy valiosos.
En infraestructura, el próximo gobierno deberá continuar con la recuperación y ampliación de la red vial y los aeródromos domésticos, para sacarlos del abandono en que han estado.
Igualmente, en el ámbito de la conservación y protección del patrimonio natural, donde los parques nacionales y áreas protegidas – que son nuestro principal atractivo turístico – se encuentran en riesgo, debido a la carencia de recursos que afecta el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), debería ser una de las prioridades más altas.
Es imperativo buscar respuestas efectivas con nuevas fuentes de financiamiento, que podrían provenir del sector energético, su mayor explotador.
Asimismo, el crecimiento de las inversiones en proyectos nuevos y en mejoramiento de la oferta existente, debería replantearse de manera semejante a lo que provocó la Ley N.° 6990 en 1985, con estímulos acordes con el modelo de sostenibilidad, para lo cual la Ley General de Turismo deberá incorporar incentivos con esa orientación.
La formación de recurso humano bien calificado, en todos los niveles y especialidades – en donde la Comisión Nacional de Educación Turística ha identificado muy claramente las necesidades y desafíos – debería ser igualmente una labor de la máxima atención.
Fortaleza. Parte muy importante del buen posicionamiento que Costa Rica tiene como destino, se lo debemos a la buena valoración que los turistas hacen del servicio que reciben; esta es una fortaleza que debemos continuar perfeccionando, en conjunto con el Ministerio de Educación (MEP), las universidades, colegios universitarios, técnicos y con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
En el desarrollo de nuevos productos, ojalá podamos lograr que se construya al menos un recinto ferial internacional y de convenciones en la región metropolitana, para poder captar parte de ese gigantesco mercado, del que estamos ausentes, por carecer de infraestructura adecuada en tamaño y calidad.
Con estas breves líneas – que no son una “carta al Niño” – pretendo esbozar algunas de las grandes tareas que deberá enfrentar la próxima administración.
Varias van más allá de las metas y resultados que se pueden lograr en cuatro años, pero es natural, pues el turismo no es algo que se acabe en el corto plazo, sino, más bien, es un proceso continuo en el que cada generación de empresarios y gobernantes debe aportar nuevas ideas y proyectos con metas ambiciosas – como lograr que el Certificado de Sostenibilidad Turística sea alcanzado por la mayoría de las empresas del sector – ya que así estaremos dando un mensaje muy potente a los mercados internacionales, demostrando que Costa Rica es completamente consecuente entre lo que dice y lo que efectivamente hace.
Carlos Lizama, Presidente Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo (ACOPROT)
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