Fray Luis de León (1527-1591)
“¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;”
Tuve el honor de conocer en mi vida a tres personajes que considero como sabios: Felipe Herrera Lane (Valparaíso, 1922 – Santiago, 1996), José Piñera Carvallo (París, 1917 – Santiago, 1991) y Danilo Poklepovic Petricic (Iquique, 1916 – San José, 1999). Me parece que se ganaron ese reconocimiento, a través de los años, por sus obras y pensamiento. En mi juventud, tuve la gran suerte de trabajar junto a estos tres notables personajes, con motivo de la preparación de la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, la UNCTAD lll, que se iba a celebrar en Chile en los meses de abril y mayo de 1972.
El año previo a este importante evento, en marzo de 1971, un grupo de funcionarios de diferentes entes del gobierno habíamos sido convocados a una reunión urgente, en el Palacio de La Moneda, en la que el Canciller, don Clodomiro Almeyda, nos informó, que el presidente de la República, el Dr. Salvador Allende, había obtenido ser la sede de esa importante Asamblea de la ONU. El compromiso de ser anfitriones representaba enormes desafíos y obstáculos. Se trataba del evento de mayor tamaño de los que efectuaba ese Organismo Internacional, con más de 3000 participantes, entre delegados y equipos de apoyo técnico y administrativo. Había que construir un edificio de gran tamaño, tipo Centro de Convenciones, donde se pudieran realizar las reuniones. Se requería modernizar y ampliar la oferta hotelera del país, especialmente la de Santiago, que era bastante vetusta y pequeña, así como mejorar las infraestructuras aeroportuarias, de transportes y comunicaciones, ya que durante esos dos meses los delegados extranjeros iban a desplazarse como turistas por diversas regiones. También, había que capacitar a miles de personas que iban a trabajar como contraparte chilena o brindando servicios logísticos y de toda índole a los participantes. Y, lo más dramático, era que solo contábamos con 11 meses para lograrlo todo.
Como Director Nacional de Turismo, me tocó una parte de las responsabilidades, ya que tenia que coordinar un plan de modernización y ampliación urgente de la oferta hotelera del país y preparar a las empresas de turismo para ofrecer los paquetes turísticos hacia las diferentes regiones, incluidos lugares como la Isla de Pascua, en la que había que construir un primer hotel.
Para dirigir toda esa gigantesca labor, el presidente Allende nombró una Comisión integrada por tres personas de enormes conocimientos y experiencia, verdaderos sabios de la época, así reconocidos unánimemente, a pesar de las diferencias políticas que afectaban la convivencia chilena: Don Felipe Herrera Lane, fue nombrado como Presidente, don José Piñera Carvallo como Secretario General y don Danilo Poklepovic Petricic como Ingeniero.
Don Felipe era el economista de mayor prestigio de Chile, ex Decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, había sido ministro de Hacienda, gerente del Banco Central, director del Fondo Monetario Internacional y había culminado su carrera como fundador y primer presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, el BID. Era miembro fundador del Partido Socialista al igual que el presidente de la República.
Por su parte, don José Piñera, de profesión ingeniero, fue durante la mayor parte de su vida uno de los pilares de la Corporación de Fomento de la Producción, la CORFO, una institución tipo Banco de Desarrollo, que en mayor medida ha impulsado el crecimiento industrial de Chile de inicios de los años 40. Era un político muy destacado, fundador del principal Partido de Oposición, la Democracia Cristiana, y diplomático de mucha figuración durante el gobierno de su correligionario, el presidente Eduardo Frei Montalva (1964-70). En la actualidad, se le recuerda más por ser el padre de Sebastián Piñera, el actual presidente de la República de Chile.
Don Danilo Poklepovic, aunque también era socialista, tenía un bajo perfil político. Su mayor trayectoria y fortaleza estaba en el mundo empresarial privado, dirigiendo como ingeniero grandes y exitosos proyectos de inversión minera y tecnológicos. Era uno de los profesores más prestigiados de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile. Las diferencias políticas entre ellos, no tenían importancia, por cuanto los unía la común determinación de cumplir exitosamente la tarea encomendada y la absoluta confianza depositada para ello por parte del presidente de la República.
Debido a los amplísimos poderes que este triunvirato de sabios tenía, podían sesionar y trabajar en cualquier oficina pública, incluido el propio Palacio de la Moneda y disponer del tiempo y dedicación de funcionarios de todas las Instituciones del gobierno. Cuando me visitaron, por primera vez, les gustaron mucho mis oficinas, ubicadas en un viejo edificio de la calle Catedral, contiguo al Palacio que ahora ocupa la Academia Diplomática Andrés Bello, frente al Congreso Nacional y a poca distancia de La Moneda y los principales ministerios. Creo que además les caí bien y el sentimiento era mutuo, por la gran admiración que yo sentía por ellos, y no hubo ningún problema en que se instalaran en las oficinas de la Dirección Nacional de Turismo, durante gran parte del año 1971. Otro motivo para elegir mi oficina era que en las cercanías había varios de los mejores restaurantes de Santiago y los tres disfrutaban mucho de la “buena mesa y la conversación amena” a la hora del almuerzo.
Con el que más cercanía tuve fue con don José Piñera, sobre todo en el trabajo de supervisar las obras del Edificio Terminal del Aeropuerto de Pudahuel y la implementación de las carteras de crédito hotelero en la CORFO y el Banco del Estado. Gracias a su intervención, se crearon sendas Comisiones especializadas en crédito hotelero, en las que fui designado miembro y por medio de las cuales se otorgaron centenares de préstamos en todo el país para construir nuevos hoteles, y ampliar y remodelar los existentes.
Los hechos más anecdóticos y simpáticos giraban siempre en torno a la personalidad de don José Piñera, un sabio extremadamente excéntrico. Estaba dotado de una memoria maravillosa, que le permitía recordar informaciones detalladas y complejas, a partir de anotaciones muy breves, de pocas palabras, que escribía en el puño almidonado de sus camisas, ya que no usaba ningún papel o libreta, como era lo usual en aquellos años.
Con don Danilo tuve menos relación en ese período, pero el exilio me reencontró con el en Costa Rica, a partir de 1974. Como consecuencia del Golpe Militar, el había sido “exonerado” de su Cátedra en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile y debió abandonar el país. Por sus excepcionales méritos y trayectoria, fue contratado por el BID, a cargo de su delegación en la República de Costa Rica. Al igual que para muchos chilenos, este país lo enamoró y se integró plenamente a su sociedad, brindando lo mejor de su talento al progreso y bienestar de sus habitantes. A través del BID y otras fuentes internacionales, canalizó inversiones millonarias para infraestructura, tecnología, innovación y educación en el país centroamericano. Fue, junto con el gran ministro de educación, don Fernando Volio Jiménez (1924-1996), el fundador de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, la UNED, una iniciativa académica muy innovadora en Latinoamérica. Una vez jubilado, continuó hasta su fallecimiento con una muy activa vida filantrópica de promoción de las investigaciones científicas en áreas no tradicionales e innovadoras.
Otras cualidades comunes de estos tres sabios, eran la sencillez, el trato amable con todas las personas y el optimismo contagioso. Nunca los vi enojarse, ni transmitiendo preocupación o temores de no poder cumplir el compromiso adquirido, a pesar de los evidentes y enormes obstáculos que tuvieron que superar. Estoy convencido que esas cualidades fueron decisivas para impregnar de ese mismo espíritu a todos sus colaboradores y alcanzar el éxito en el empeño.
Marcel Uteau de Vos
Excelente artículo , muchas gracias
CARLOS LIZAMA HERNANDEZ
Muchas gracias por su comentario
Manuel Salgado
De acuerdo a Las Noticias de Última Hora del 18 de agosto de 1971, la Comisión para la Unctad se componía de 5 miembros nombrados por el Presidente, 2 por el Congreso, el Presidente de la Fech, el Secretario General de la CUT y el Coronel Orlando Urbina.
Usted menciona que 3 de los miembros nombrados por el Presidente tenían casi el completo manejo de la organización de la Unctad. Es ésto efectivo solo en relación a los 2 otros miembros nombrados por Allende (Olga Poblete y Luis Matte Valdés), o también en relación a los otros miembros de la Comisión?
También desearía algo de información sobre Danilo Poklekovic y sus relaciones con el mundo empresarial (empresario de que tamanho, de que rama, si tenía cargo en alguna camara patronal, etc).
Atte
MSM
Manuel Salgado
Reuní algo de información sobre Danilo Poklepovic:
i) Fundador de la Cámara de la Construcción en 1951 y parte de su Directorio entre 1952 y 1958
ii) Gerente de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego en los 1960s
* Igual me sigue interesando saber cuál fue su relación con el PS…