En un hermoso paraje, llamado La Garita, de la provincia de Alajuela, en Costa Rica, se encuentra el Campus Walter Kissling, de la sede del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas, el INCAE. Para los costarricenses, en general, es motivo de orgullo esta institución educativa, ya que se trata de una de las Escuelas Universitarias de Administración de Empresas de mayor prestigio académico a nivel latinoamericano, según los rankings comparativos existentes.
Visitar esa sede es muy estimulante, por la belleza natural del lugar, la excelencia de su diseño paisajístico, la serena y amigable construcción de su infraestructura y edificios, que motivan al estudio y a la investigación académica. Sin embargo, pocas personas saben que, originalmente, ese espacio estaba destinado a ser un lujoso hotel, especializado en turismo deportivo de alto nivel, para el mundo del tenis internacional. ¿Cómo fue que se dio ese cambio tan radical, y a la larga, tan conveniente para el país?
La fundación del INCAE se originó en la visita del presidente John F. Kennedy a Costa Rica, en el año 1963, ocasión en la que se reunió con todos los presidentes de Centroamérica. Una de sus iniciativas para ayudar a la región, dentro del marco de la Alianza para el Progreso, fue solicitarle a la Facultad de Negocios de la Universidad de Harvard, que apadrinara la creación de una institución académica en la región. Fue así, que se fundó el INCAE, con su sede en Nicaragua, en el lugar llamado Montefresco.
El espíritu que animaba a Kennedy, era lograr la democratización de los países centroamericanos tanto en lo político como en lo social. En esos años, la mayoría de los países estaban dominados por crueles dictaduras y la economía tenía un régimen semi-feudal, en el que un grupo muy reducido de familias eran dueños de casi toda la riqueza. Ese modelo semi-feudal se consideraba que era la causa de la gran pobreza imperante en la región. Es por eso, que crear esta institución académica era vista como una posibilidad de generar un nuevo modelo económico, más democrático, y generador de progreso social y económico.
El asesinato de Kennedy, y el término de la Guerra Fría al final de los 80s, cambiaron la concepción original, vinculada a los fines de la Alianza para el Progreso. El financiamiento que se otorgaba para este centro, por parte de los Estados Unidos, se redujo drásticamente. Este cambio hizo que el financiamiento del INCAE pasara a depender casi exclusivamente de las grandes empresas centroamericanas, controladas por las familias dominantes, lo que no ha permitido que el viejo modelo semi-feudal pudiera ser sustituido por un modelo más moderno. Esto se refleja claramente en las inestabilidades y pobreza aún existente en los países centroamericanos, principalmente en los del llamado Triángulo del Norte.
A mediados de los años 70s, la Guerra Civil en Nicaragua, entre Somocistas y Sandinistas, empezó a afectar el funcionamiento de la sede de Montefresco. Esto obligó a sus autoridades a buscar la creación de una sede alternativa en algún otro país de la región. No era tarea fácil, ya que en esos años también había conflictos en otros países. A pesar del clima de paz de Costa Rica, la situación también era crítica, sobre todo en su economía. Los problemas de los países hermanos habían colapsado el Mercado Común Centroamericano, provocando una abrupta caída en sus exportaciones. Asimismo, una descontrolada devaluación monetaria había llevado a la ruina a la mayoría de las empresas del país. Como consecuencia, el turismo procedente de Centroamérica, que en los años anteriores era el de mayor tamaño, prácticamente desapareció. Este conjunto de factores generó una crisis en el sector hotelero costarricense, sin pasajeros y con deudas bancarias en dólares, más de 100 empresas no pudieron pagar sus deudas a los bancos. En muchos casos, los bancos tuvieron que apropiarse de los hoteles, sin saber que hacer con ellos.
Ante esta situación, el gobierno del presidente Rodrigo Carazo, creó un “task force” llamado “Comisión de Crédito Hotelero ICT-Sistema bancario”, encargada de encontrar solución a cada uno de los casos. La Comisión estaba integrada por los gerentes de créditos de desarrollo de todos los bancos comerciales públicos, del Banco Central, y del Instituto Costarricense de Turismo (ICT). Por el ICT, fuimos nombrados yo y José Alberto Exprua, que nos desempeñábamos como Director y Subdirector, respectivamente, de la Dirección de Desarrollo, Recursos y Servicios Turísticos.
La Comisión trabajó tres años evaluando cada caso y proponiendo a cada banco las soluciones más adecuadas. Entre los hoteles que se encontraban en manos del Banco Nacional, había uno para el que no se vislumbraba una solución hotelera, al menos en el corto plazo, que era el “Alajuela Racquet Club”. Ese hotel, además de sus edificaciones propiamente hoteleras, poseía un extenso terreno y una gran cantidad de canchas de tenis, que permitían pensar en la viabilidad de muchas edificaciones adicionales.
La primera persona a la que escuché la idea de donar ese hotel al INCAE, fue a don Guillermo Castro Echeverría, quien era su representante en el país y además director ejecutivo de la Cámara de Empresarios Hoteleros, la ACHA. Su idea era secundada con entusiasmo por el presidente ejecutivo del ICT, don Enrique Odio Soto. En la Comisión, hubo también mayoritariamente opiniones favorables, aunque el tema excedía de sus competencias, ya que se requería de una Ley.
El proyecto para el INCAE se elaboró y se presentó al nuevo presidente de la República, don Luis Alberto Monge, al inicio de su gobierno, en mayo de 1982. Al presidente le gustó de inmediato, pero pidió que se incluyera al proyecto un Centro de Capacitación de elevado nivel académico en beneficio del Movimiento Cooperativo. Ante el requerimiento, la Comisión identificó otra propiedad hotelera, que también estaba en manos de otro banco, el Banco de Crédito Agrícola de Cartago, que resultó ser el “Hotel del Sur”, ubicado en San Isidro del General. La idea fue que este hotel se convirtiera en centro académico con el apoyo del INCAE para el sector cooperativo, pero en el transcurso de los años siguientes, no se pudo concretar esta alianza. En la actualidad, este espacio continua en manos del cooperativismo y cuenta con algunas aulas que se utilizan para capacitaciones y eventos.
De esta manera, el Proyecto de Ley fue enviado a la Asamblea Legislativa, que finalmente lo aprobó como Ley 6839, con fecha 3 de enero del año 1983. La Ley lleva las firmas del presidente de la Asamblea Legislativa, don Hernán Garrón, y el “Ejecútese” del presidente de la República, don Luis Alberto Monge, y de los Ministros de la Presidencia, don Fernando Berrocal y el de Hacienda, don Federico Vargas.
Transcurridas tantas décadas de “fecunda” labor académica del INCAE en Costa Rica, no cabe duda que el resultado ha sido muy positivo. La gran crisis hotelera de aquellos años, por lo menos permitió el surgimiento de esta magnífica oportunidad de desarrollo en el campo educativo, que ha sido para el país de gran valor e importancia.