El 28 de octubre de 1928 se firmó el primer contrato de incentivos a la industria turística, gracias al cual se construyó el Gran Hotel Costa Rica, inaugurado en 1930, por lo que este año celebra su 75 aniversario. Hace un año, el ministro de Cultura, Juventud y Deportes, Guido Sáenz, lo declaró Patrimonio Histórico y Arquitectónico.

Los actuales propietarios están efectuando una cuidadosa restauración que junto con mantener las cualidades patrimoniales del edificio, lo proyecten por muchos años más como uno de los hoteles más emblemáticos de Centroamérica.

Al visitar los trabajos de restauración, no pude menos que pensar en lo importante que es el que los gobiernos ofrezcan incentivos adecuados al desarrollo de hoteles y otros servicios turísticos, y que, al mismo tiempo, haya empresarios visionarios que aborden la construcción y operación de estas obras. Un hotel, como éste, es una obra que puede generar riqueza, empleo y beneficios a muchos costarricenses. Hoteles igualmente emblemáticos de Europa, como el Ritz de París, van a cumplir 150 años. Difícilmente en otras industrias o sectores económicos se pueden encontrar ejemplos parecidos de tanta longevidad productiva. En la actualidad, una estimación conservadora nos permite afirmar que el Gran Hotel Costa Rica, después de 75 años de servicio, le sigue generando más de $4 millones anuales a la economía nacional, en gastos que los turistas efectúan.

En estos momentos, en los que la actual legislación de incentivos está paralizada y restringida, sería muy conveniente que diputados y las autoridades del gobierno visiten el Gran Hotel Costa Rica y aprecien este ejemplo de buen uso de los incentivos.

Carlos Lizama H., Vicepresidente de ACOPROT.

Publicado en La Nación, el 9 de junio de 2005.