En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira.

Mes: abril 2019

Mi admiración por Felipe Herrera Lane, José Piñera Carvallo y Danilo Poklepovic Petricic


¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Fray Luis de León (1527-1591)

Tuve el honor de conocer en mi vida a tres personajes que considero como sabios: Felipe Herrera Lane (Valparaíso, 1922 – Santiago, 1996), José Piñera Carvallo (París, 1917 –  Santiago, 1991)  y Danilo Poklepovic Petricic (Iquique, 1916 – San José, 1999). Me parece que se ganaron ese reconocimiento, a través de los años, por sus obras y pensamiento. En mi juventud, tuve la gran suerte de trabajar junto a estos tres notables personajes, con motivo de la preparación de la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, la UNCTAD lll, que se iba a celebrar en Chile en los meses de abril y mayo de 1972. 

El carnet de boxeo que me salvó la vida

Mi carnet como miembro de la Federación Chilena de Boxeo.

Entre los papeles y documentos que conservo de Chile, de recuerdos de mi vida, antes de mi exilio en Costa Rica, hay un sencillo y ajado carnet de identidad, de cartulina amarilla, en el que se certificaba mi calidad de Asociado y Presidente de la Asociación de Boxeo de Viña del Mar, en los años 60. Durante mi adolescencia y juventud, fui un deportista entusiasta, sobre todo practicando la gimnasia y el atletismo. Confieso eso sí, que nunca fui muy bueno, en parte, por mi tamaño inferior al promedio del de mis competidores. Sin embargo, con mucho tesón y entrenamiento, logré alcanzar buenos tiempos y posiciones en carreras de velocidad y salto largo. También, me gustaban los lanzamientos de Bala y Disco, donde la fuerza y tamaño de mis competidores era una desventaja insalvable. Asimismo, me gustaban las carreras de obstáculos, y logre una técnica muy depurada y exitosa en la categoría intermedia con vallas de 0.85 cm. No obstante, al pasar a la categoría superior con vallas de 105 cm, mi excelente técnica nada pudo hacer frente a las piernas más largas de mis contrincantes.

Editado por Mauricio Lizama Oliger